Joya: arte + ecología / Los Gázquez / un proyecto de por vida
Cortijada Los Gázquez (1000m de altitud – 3281 pies) un cortijo no dependiente de red de 20 hectáreas (50 acres) en el corazón del Parque Natural Sierra María-Los Vélez, Almería, España.
Simon y Donna Beckmann compraron la Cortijada Los Gázquez en 2009. Este es el nombre completo de la propiedad. Cortijo es la palabra empleada en castellano para designar a una granja, mientras que cortijada hace referencia a un conjunto de pequeñas casas rurales. Gázquez es el apellido de la familia que residió aquí.
La familia Gázquez, como otras muchas otras familias de esta región, dejó su hogar para ir en busca de una mejor fortuna en otras partes de España o en el extranjero a finales de los años 60. La vida en Los Gázquez era ardua: no había ni electricidad, ni agua, ni acceso a la educación. Se vivía de una agricultura de subsistencia, trabajando con viejos aperos la tierra y utilizando el ganado como bestias de carga. La riqueza de la España colonial había quedado atrás. En la década de 1930, la Guerra Civil los rindió a sus pies. La ulterior dictadura de Franco suprimió las zonas rurales y una vez que comenzaron a ser conscientes de la fortuna de otra gente en otros lugares, un impulso colectivo los llevó a marcharse para trabajar en empresas en Valencia, Tarragona y Barcelona, así como en los viñedos de Francia. Muchos también fueron en búsqueda de sus familiares partidarios de la República: los exiliados atrapados en el torbellino de la Guerra Civil.
En 2009, Los Beckmanns emprendieron un largo recorrido con el objetivo de restaurar Los Gázquez así como el terreno que rodea el cortijo. De esta forma, se impusieron un reto, una tarea que agotó las destrezas que ya poseían y los dejó en la necesidad de adquirir nuevos conocimientos. Dejando a un lado las aspiraciones convencionales y una vez que Joya AiR, la residencia, se convirtió en una realidad, también lo hizo la realidad de que su continua existencia aquí estaba inexorablemente interconectada con la tierra, la manera cómo vivimos y cómo asumimos la responsabilidad.
Por consiguiente, para la familia Beckmann, Joya: arte + ecología / Los Gázquez se ha convertido en un evidente proyecto de investigación, una indagación en el arte contemporáneo, la sostenibilidad, la cultura y la historia. Se ha convertido en un intento para mejorar antiguas ideas de cara al cambio climático, una búsqueda de nuevas estrategias, un ejercicio de independencia, así como una personificación de sus instintos creativos. Su arte ha ocupado un papel efectivo y práctico en la filosofía de vivir de una forma sostenible. Al posicionar el arte contemporáneo junto con la cultura rural, han llegado a comprender el pilar intangible llamado mundo natural, cómo nos puede ayudar y cómo podemos corresponderle.
Joya: arte + ecología / AiR en Los Gázquez se ha convertido en proyecto de investigación de por vida que tiene como objetivo utilizar la ciencia y las humanidades como una estrategia para reconstruir una menguada comunidad rural en una zona árida. Al utilizar las realidades interconectadas de investigación, innovación, ciencia y cultura, este plan aspira a crear un sistema socio-ecológico resistente a influencias externas globales al proporcionar seguridad, un sentido de la identidad, metas y bienestar.
¿Cómo se va a estructurar este proyecto de investigación? A continuación se presenta una descripción de la situación encontrada en Los Gázquez. También se definirán las acciones que se necesitan emprender y cómo se implementarán así como los resultados esperados. La intención de este texto es establecer los primeros pasos para comprometer a artistas y a académicos tanto a nivel individual como en grupo en un proyecto que esperamos que pueda poner su granito de arena para revertir las tendencias globales negativas…
La actividad antropogénica se puede sentir intensamente en territorios áridos que dependen fuertemente de las precipitaciones. La seguridad alimentaria se vuelve vulnerable llevando al conflicto y a la migración; de manera que los territorios abandonados se vuelven inestables. El apego humano metafísico al “lugar” y a un conocimiento específico, como lo define el “credo” local se pierde.
El histórico abandono del terreno ha creado una vulnerable monocultura de reforestación que conlleva a incendios forestales y a la expansión de enfermedades. Los ecosistemas innovadores y la reforestación resultante del abandono del terreno usado por los humanos no son necesariamente la mejor estrategia para combatir los cambios globales actuales. El cultivo excesivo de la tierra, el sobrepastoreo y la labranza mecanizada han destruido los sistemas tradicionales de captación de agua y todo ello ha llevado a la degradación del suelo como por ejemplo, a la erosión extrema. Si todo esto se combina con los patrones cambiantes de precipitaciones y eventos resultantes de condiciones climáticas extremas, se pueden ver las consecuencias de una mala gestión.
Este proyecto cuenta con una doble estrategia de innovación conducida por la investigación. La restauración y conservación del terreno, con un uso sostenible del suelo y del agua de lluvia, combinadas con una práctica del arte contemporáneo como un medio para expresar, interpretar y diseminar las ideas creadas. De esta forma se crea una oportunidad única para la regeneración.
A partir de la restauración de un sistema de regadío integrado en el terreno abandonado, el proyecto tiene como meta demostrar el valor del uso tradicional del terreno para proporcionar resistencia al ecosistema frente al cambio global así como una sensación de apego de la comunidad.
Los problemas estructuran el proceso de investigación mientras que el arte reconfigura las conclusiones en la vida cultural dentro de un contexto contemporáneo. Este enfoque holístico está diseñado para reflejar las partes vitales y los componentes de cualquier sociedad, ya sea grande o pequeña. La ciencia y la innovación indagan tanto en los problemas como en las soluciones y buscan tecnologías que puedan ofrecer la seguridad alimentaria que dichas regiones necesitan mientras que las humanidades muestran un entendimiento de nuestro lugar en la naturaleza, nos conectan con los medios para definir nuestra sociedad y cómo protegemos el medio ambiente.
Utilizando la teoría de que los sistemas socio-ecológicos y sus propiedades deberían ser valorados como parte de un todo y no como un conjunto de partes, el proyecto ha diseñado un programa que incorpora estrategias que no sólo pueden crear adaptación ecológica sino que también pueden crear rutas de expresión para el compromiso humano a nivel cultural o científico así como una inversión inmaterial intelectual más profunda y emocional. Los Gázquez ofrece el contexto ideal para desarrollar ese tipo de programa.
La Cortijada Los Gázquez está ubicada en el punto más seco de Europa, recibiendo una media de precipitaciones anuales de 200mm. Se trata de una zona sedimentaria de caliza y barro y el papel que juegan el clima, la topografía, el tiempo y la influencia humana en la formación del suelo es un elemento esencial para las comunidades agrarias. Después de 2000 años de influencia antropogénica en este territorio, se puede observar una nítida polaridad que divide el conocimiento ecológico tradicional desarrollado por nuestros predecesores y el uso contemporáneo del terreno durante los últimos 50 años. Nuestros antecesores crearon una variedad de ecosistemas agrarios así como procesos coevolutivos entre la naturaleza y los humanos. En la actualidad, el uso de la tierra se ha convertido en algo extremadamente negativo e insostenible.
En la primera mitad del siglo XX, este terreno abastecía a una amplia familia en cinco viviendas adyacentes. Las hiladas de piedras hechas por los hombres propiciaban un suelo plano apto para retener suficiente agua procedente de la lluvia con el fin de plantar cultivos para obtener harina y pienso. Este sistema de captación de agua en la cortijada daba acceso a este bien que se almacenaba en una pequeña zona de retención. Gracias a este recurso la familia podía plantar verduras y criar animales para el consumo carne. Por otro lado, las zonas silvestres proporcionaban la tradicional búsqueda de comida y carne de animales salvajes. También existe la fuerte tradición del pastoreo de ovejas y cabras que proporcionan carne y productos lácteos dependiendo de los “terrenos comunales” así como la trashumancia a lo largo de toda España.
El abandono de la cortijada y del terreno a finales de la década de los 60 conllevó a una desenfrenada amplificación de los pinares. El sistema de retención de agua ya no funciona y no proporciona un recurso para obtener agua para la agricultura. Esto tiene una consecuencia en las precipitaciones cambiantes, la falta de mantenimiento y la sobreexplotación del agua subterránea a una altitud menor. Actualmente todas las zonas sufren una severa erosión del suelo así como una falta de fertilidad. La extracción del agua subterránea para prácticas industriales agrarias “fuera de temporada” ha llevado a que se produzcan terremotos, salinidad en las aguas subterráneas y desecación higroscópica. Las bienintencionadas subvenciones de la Unión Europea han dado lugar a una monocultura del uso del terreno dedicado a la agricultura, que es susceptible a los precios del mercado global y que, por consiguiente, reduce la seguridad alimentaria a nivel regional. En resumen, el valor ecológico, económico y cultural de esta zona árida prácticamente ha desaparecido. El impulso de obtener rendimientos financieros a corto plazo deja atrás a los ecosistemas que son lentos para regenerarlos, ignorando u olvidando así las actividades tradicionales que proporcionaban un sentido al “lugar”. Ya no existe una interacción benéfica por parte de los humanos dentro de un medio ambiente equilibrado. En este contexto dentro de Europa, los primeros indicios del cambio climático se sentirán profundamente aquí.
La principal hipótesis del proyecto de Los Gázquez es que los ecosistemas innovadores seguidos por un abandono del terreno son menos resistentes al cambio global. No obstante, la agroforestería y los sistemas socio-ecológicos basados en técnicas de gestión tradicional y sostenible mejoran las vidas de las comunidades locales. En este contexto, son cuatro nuestros objetivos específicos:
1) Tenemos la intención de considerar el esencial factor humano como intervencionista (tanto positivo como negativo, pasado, presente y futuro) para conservar mejor la diversidad y la resistencia dentro de nuestro paisaje. Este proceso comenzará con el estudio e investigación del antiguo sistema de retención del agua en el lugar del proyecto.
2) El segundo paso es el establecimiento de varias técnicas de restauración con el objetivo de reconstruir el sistema de retención del agua de la lluvia, la incorporación de varias técnicas agrarias del suelo y conservación de la comunidad natural de insectos seguido de una investigación apropiada. Aunque a largo plazo, tenemos la hipótesis de que la diversidad original se recuperará, es de gran prioridad mostrar la necesidad de la gestión tradicional de zonas áridas en Europa al borde de la desertificación.
3) Nuestro objetivo es realinear la cultura contemporánea como un pilar fundamental en la recaptación de la imagen de ecosistemas socio-ecológicos diversos y conservados. Las redes de contactos así como las actividades de aprendizaje social deberían promover el compromiso de los ciudadanos autóctonos, la comunidad en un sentido más amplio, España y más allá.
4) Una vez que el proyecto esté establecido, tenemos la intención de convertir el proceso en un modelo, de forma que se pueda transferir a otros paisajes áridos, a todas las comunidades que luchan por sobrevivir cuando los recursos son mínimos. Por consiguiente, intentamos involucrar desde un principio a los ciudadanos autóctonos y a los legisladores a nivel regional para compartir y seleccionar con ellos las mejores prácticas de gestión utilizadas durante el proyecto para que se puedan ofrecer como motores de desarrollo.
Si desea comprometerse con este proyecto, por favor póngase en contacto con Joya: arte + ecología at simon@losgazquez-joya.com
Posdata:
El mundo ha cambiado de por vida. Los Gázquez de hace 50 años desde que la familia original residía aquí han cambiado. Vienen a visitar las fiestas en verano. No importa en qué lugar se encontraran después de su éxodo, les atrae vuelta a su tierra, incluso sólo de pensamiento. Ellos comparten sus vivencias aquí con la familia Beckmann. Nunca hablan de adversidades, de pérdidas de hijos o de hambre. Hablan de trabajo duro, sí, pero también de felicidad. Eran independientes y producían su propia comida a partir de tan escasos recursos. Nadaban en el agua. Su vida evolucionaba a la par de la fauna y la flora y se beneficiaban mutuamente de su cultura, de su invención. Nuestro reto es conectar su ingenio en un clima completamente diferente al suyo. En un periodo corto de tiempo, nos hemos convertido en personas interdependientes las unas de las otras, de nuestras redes de contactos, carecemos de su resistencia. Las vidas están ahora inequívocamente combinadas y en reto mutuo creado por nuestro propio derroche. Tenemos la esperanza de que este proyecto junto con nuestra doble estrategia nos devuelva a un equilibrio con la naturaleza a la vez que exploramos el mundo que esperemos que cambie a nuestro alrededor.